Pedagogos y lingüistas se preguntan a menudo cómo medir los progresos de los alumnos. Este fue uno de los temas que se debatieron en la conferencia de Renacles, llevada a cabo en noviembre de 2021 (https://ranacles2021.sciencesconf.org). ¿Qué nivel esperamos alcanzar? ¿Cómo definir este objetivo? ¿Cómo asegurarnos de que se corresponde con la realidad del alumno y del mundo actual? Te lo explicamos en el este artículo.
El punto de partida: la pirámide invertida del MCERL
La mayoría de los estudiantes europeos son evaluados según el Marco Común Europeo de Referencia para las lenguas (MCERL). Este marco define niveles que corresponden a un nivel lingüístico preciso, desde A1 (nivel inicial o falso principiante) hasta C2 (nivel dominio). Para afinar la precisión del nivel, algunos test de idiomas especifican subniveles (es el caso de ELAO: véase aquí).
Lo que sí es seguro es que toma tiempo progresar en la escala del MCERL. Pero ¿cuánto se tarda exactamente? Esta valiosa información se detalla en el siguiente gráfico y es un buen punto de partida para definir el objetivo de una formación coherente y realista.
Por ejemplo, si tus alumnos tienen un nivel A2 a principios de curso y tienen cuatro horas de clase y dos horas de trabajo en casa por semana, esto equivale a un total de 216 horas de trabajo a lo largo de las 36 semanas del curso escolar. Por tanto, lo normal es que alcancen un nivel B1 al final del curso. Por supuesto, solo se trata de valores teóricos que hay que ponerlos en contexto, ya que muchos factores pueden influir en la velocidad de aprendizaje.
Los factores que influyen en el proceso de aprendizaje de los estudiantes
Hemos enumerado cuatro factores que desempeñan un papel importante en el tiempo de aprendizaje de un alumno:
- La motivación
La implicación personal de un estudiante influye mucho en el tiempo necesario para aprender un idioma. Una hora de trabajo de alguien motivado e implicado será mucho más productiva y menos exigente que una hora de trabajo de alguien menos motivado.
Aquí algunos consejos para estimular la motivación de los estudiantes a aprender un idioma:
- Hacerles descubrir la cultura y las costumbres del país de la lengua meta.
- Explicarles por qué aprender una lengua extrajera les será útil en su futuro laboral (curriculum vitae, elección de trabajo, evolución de su trayectoria profesional) y personal (viajes y reuniones).
- Hacer partícipe el idioma extranjero en su día a día (animarlos a ver series, escuchar podcasts o leer libros).
- Mostrarles experiencias relacionadas con la lengua y la enseñanza superior que están estudiando. Por ejemplo, en el caso de los estudiantes de marketing, enseñar errores de traducción en campañas internaciones).
- La edad del estudiante
Como la mayoría de los estudiantes son jóvenes, podemos suponer que no tienen dificultades para estudiar y memorizar los contenidos. Sin embargo, no hay que olvidar que cada vez más adultos se inscriben a cursos universitarios. Para las personas mayores, el aprendizaje puede llevar un poco más de tiempo.
- El nivel medio de inicio de curso
Es necesario conocer el nivel inicial de los estudiantes, ya que cuanto más altos son los niveles del MCERL, más tiempo se tarda en alcanzar el siguiente nivel. Por ejemplo, pasar del C1 al C2 requiere una media de entre 400 y 500 horas de trabajo, mientras que pasar de A1 a A2 con solo 100 horas de trabajo puede lograrse. Para conocer el nivel de los estudiantes al inicio del curso, puedes ayudarte de herramientas como ELAO.
- El contexto de aprendizaje
El contexto también influye en la velocidad de aprendizaje de un estudiante. Hay una serie de factores que pueden influir, entre ellos:
- La cultura: algunas culturas son mucho más propicias al aprendizaje de lenguas extranjeras que otras. Por ejemplo, los angloparlantes se toman menos en serio el aprendizaje de otros idiomas, porque ya conocen la lengua internacional.
- La ubicación: los estudiantes que se encuentran en la frontera de dos regiones lingüísticas suelen estar más motivados a aprender los dos idiomas.
- La política del país: los países con varias lenguas oficiales suelen animar a sus ciudadanos a dominarlas todas.
- La globalización: el inglés se ha convertido en la lengua de referencia en todo el mundo, se fomenta su aprendizaje y los alumnos estás más motivados a aprenderla.
Finalmente
La pirámide aquí propuesta es un excelente punto de partida para evaluar la carga de trabajo necesaria para pasar de un nivel de lengua a otro. También es un buen indicador para definir los objetivos de los estudiantes en función de las horas de trabajo disponibles en el transcurso de su formación. Sin embargo, es importante tener en cuenta el contexto real en el que se encuentra el estudiante y adaptarlo a sus objetivos. Al definir los objetivos SMART - acrónimo del inglés - Specific (específico), Meaurable (medible), Archievable(alcanzable), Realistic (realista) y Time-bound (de duración limitada), el pedagogo permitirá al estudiante que saque el máximo partido a su formación.